«Es amor fuerza tan fuerte; que fuerza toda razón»
Jorge Manrique
La historia de estas dos pequeñas es muy parecida a la de otros muchos gatitos callejeros: hambre, sed y enfermedad. Sin embargo, estas dos guerreras tuvieron algo que las distinguió de los demás: una mano amiga.
Estas dos guerras tenían los ojitos malos y, pese a que estaban con su mamá gatuna, se hizo imposible mirar para otro lado: estas dos pequeñas debían ser rescatadas si queríamos que no perdieran los ojitos con el paso del tiempo. Por fortuna su familia de acogida estuvo ahí para darles esa mano que tanta falta les hacía y decieron acoger a las dos hermanitas y llevarselas a casa para curarlas y, posteriormente, darlas en adopción.
Sin embargo, esa adopción jamás se produjo. La familia pronto hizo vínculos con las gatitas que a su vez hicieron vínculos entre ellas y romper eso fue totalmente imposible: nadie se veía con el valor de separar a estas dos hermanas y, su papi y su mami, no iban a hacer eso. Así que finalmente decidieron quedárselas para siempre jamás. Una decisión que ha parecido ser la correcta para todos los miembros de la familia.
Ahora estas dos pequeñas solo tienen una preocupación en la cabeza: ¿Con qué vamos a jugar hoy?. ¡Sed muy felices pequeñas!.
Experiencia vivida
[Experiencia adoptante]
No te esperaba y, sin embargo, cambiaste mi vida.
¿Te gustaría dar una oportunidad así a alguno de nuestros peludos? Nuestros gatitos en adopción y perritos en adopción esperan a una familia.
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