«ojos que a través del velo radian bienaventuranza»
Salvador Díaz Mirón
Ginger fue un caso extremo. Apareció en la calle, agazapadito y sin signos de interés por nada de su entorno, estaba como evadido. Afortunadamente para él, una persona con un corazón de oro lo vio y decidió no mirar para otro lado, dándole a Ginger una oportunidad única: la oportunidad de vivir.
El ojito de Ginger daba pena verlo, estaba tan mal que al principio parecía que se iba a tener que enuclear (eliminación completa del globo ocular y cierre de los parpados), sin embargo, ginger estaba mostrando mucha fuerza y valentía, ¿sería capaz de conservar su ojito?. Nos lanzamos de cabeza a intentar conservarlo.
Además de la persona que decidió no mirar para otro lado y recoger a Ginger de la calle (salvandole así la vida), otra personita decidió abrir las puertas de su corazón y de su hogar y no solo tratarle y curarle, sino que decidió adoptarle para que este pequeño no volviera a tener que sufrir la calle, a volver a sentir hambre, frío, dolor….
Pronto se empezaron a ver cambios en este pequeño: pasó de estar apático y apagado a ser un trastito juguetón cual cachorro que es, pronto se hizo con su mami y con su casa y ni siquiera parecía ser consciente de la grave enfermedad que tenía en su ojito. Ginger aprendía, jugaba, comía, se divertía como uno más de la familia.
Los ojitos de Ginger poco a poco fueron mejorando y el trabajo de su mami y la fuerza de Ginger pronto se dejaron ver en una recuperación casi milagrosa. Pronto dejó de existir el riesgo de infección y la enucleación se hizo totalmente innecesaria: Ginger podía conservar su ojo. Sin embargo… no es capaz de ver practicamente nada a través de él.
Ahora Ginger, totalmente recuperado, ya no tiene ningún tipo de dolor, pesar ni malestar. Ha crecido con su familia y, aunque ha pasado momentos muy duros junto a los suyos, ha sabido ser fuerte y luchar y pelear hasta el final siendo capaz de conseguir lo que cualquier animalito desearía: un hogar de verdad.
Experiencia vivida
[Experiencia adoptante]
No te esperaba y, sin embargo, cambiaste mi vida.
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